Llevo los últimos 3 años con los mismos propósitos…

Propósito 1:  Comer más sano: me hago los batidos verdes de turno durante 2 semanas a rajatabla y después, como por arte de magia, me encuentro comiendo lo mismo de siempre.
Propósito 2:  Hacer más ejercicio: ¡Me apunto al gym! (un gran paso), voy dos días con la motivación a tope y al tercer día tendría que venir una grúa a levantarme del sofá.
Propósito 3: Sentirme realizada profesionalmente: Me imagino una vida profesional y me emociono con las posibilidades, decido ponerme manos a la obra para cambiar mi realidad por esa ensoñación… y me arrastra el día a día. ¿ y el sueño? ¿sueño, qué sueño? ah si, es verdad… y vuelta a empezar.

A ver… somos seres humanos y que no logremos lo que nos proponemos no nos convierte en unos fracasados.
Esas personas a las que idealizamos, que son muy “exitosas” también cometen errores en sus hábitos y lo que les hace “exitosas” no es su fuerza de voluntad o su motivación, sino su capacidad para volver al ruedo rápidamente.

Siete estrategias para revivir tus propósitos de Nochevieja (o de cualquier fecha)

Vemos pasar los días y a veces nos parece imposible seguir una rutina. Saber anticipadamente lo que vamos a hacer es importante para retomar el camino. James Clear, autor de «Atomic Habits», habla de siete estrategias que puedes usar para no ser parte de «La sociedad de los propósitos muertos», resucitados siempre que la vida nos aprieta 😉

1. ¡Planifica!

Pon dia, lugar y hora para tus habitos. ¿Cómo? Ponlo en tu calendario. ( la versión que más a mano tengas)

Por ejemplo, ¿quieres leer cada día? Fija una hora, vamos a decir las 21hs ( como parte de tu rutina de noche). Culo en… ( donde sea que puedas mantenerlo quieto). Manos en el libro versión que te agrade y lee.

¿Quieres hacer ejercicio? hora y espacio.18hs todos los lunes, miércoles y viernes. En el gimnasio.

Encadénalo a algún hábito que ya tengas.

No siempre es posible ponerle día y hora a un hábito, pero todos deberían tener un desencadenante que actúe como recordatorio para hacerlos.

¿Quieres usar un limpiador de lengua? Todos los días después de cepillarse los dientes. En el mismo orden, de la misma manera, una y otra vez.

¿Quieres ser más positivo? Cada vez que te pongas los zapatos, dite a ti mismo algo en positivo. Los zapatos como recordatorio. El mismo desencadenante, la misma secuencia, una y otra vez.

Y perdona pero puedes pensar y repetir en tu cabeza que vas a cambiar, pero eso no va a cambiar nada a no ser que lo hagas solo así lo convertirás en real.

2. Sigue tu agenda en todo, por insignificante que sea,

El impacto que va a tener que te saltes un dia de gimnasio no es el problema, el problema es el impacto acumulativo de no volver. Lo mismo pasa con todo. Por eso, es fundamental que sigas tu agenda conforme a lo planificado.

¿No tienes tiempo suficiente para hacer un entrenamiento completo? Sólo haz 1 ejercicio de cada.
¿No tienes suficiente tiempo para leer 20 minutos? Lee dos páginas.

Parece insignificante y exagerado ¿verdad? Pues el impacto acumulativo te demostrará que sí que es importante.

3. Incluye a tu entorno en tus metas

No hace falta que tengas familia, pareja, amigos… si los tienes y cuentas con ellos bien, pero si no, habla con más gente, busca algún grupo, en las reuniones de hábitos anónimos de Kushala te acompañamos en tu proceso de cambio de hábitos. El simple hecho de saber que alguien espera que estés suele ser suficiente para que aparezcas.

4. Comienza por donde puedas

Perdemos mucho tiempo centrándonos en lo que se nos escapa. Error número UNO.

Y llega el sinfín de excusas: «No tengo dinero. No tengo tiempo. No tengo contactos. No tengo experiencia. no sé lo suficiente. No sé por dónde empezar».

Cambia ese pensamiento por: «Empiezo con lo que tengo». Y sí, siempre se puede, la gran mayoría empezamos -sin dinero, sin recursos, sin contactos, sin experiencia. ¿Cuál es la diferencia entre los que tienen éxito y los que tienen excusas? que los que tienen éxito empiezan de todos modos.

¿Fácil? NOOOOOO, pero tu vida será mejor si eliges sentirte incómodo y progresar, en lugar de quedarte donde estás y poner excusas. ¡Cambia tu enfoque!

5. Sólo porque no es perfecto, no significa que no sea beneficioso.

Es muy fácil obsesionarse con hacer las cosas perfectamente y acabar por no hacer nada.

Por ejemplo, «Realmente quiero dejar de comer azúcar, pero los viernes voy a casa de mi madre que me prepara natillas y me sabe mal decirle a la pobre que no. Además  los martes voy a tomarme un café y el banana bread del sitio es uno de los placeres más grande de mi semana».

De verdad, comer sin azúcar cinco días a la semana es mejor que comer con azúcar siete días a la semana. Ese es el punto.

De hecho, comer sin azúcar al menos un día a la semana es mejor que nada. quizás puedes comenzar por allí: comeré sin azúcar cada miércoles.

El hecho de que no puedas una dieta a la perfección, no significa que no debas hacerla. Los buenos hábitos se construyen poco a poco. Empieza despacio, vive y mejora cada día.

Las estrategias perfectas tendrían que estar para mejorar ese último 10%. Mientras que el 90% de tus resultados dependerá de que simplemente hagas lo que tienes que hacer: no te saltes tus entrenos, come comida sin procesar, hazlo cada día. Puedes optimizar los detalles más adelante.

6. Prepara tu entorno.

«Me falta fuerza de voluntad, me falta motivación», es la frase que se escucha miles de veces. Lograr un cambio de hábitos no depende de la motivación.

La motivación es como las olas del mar, viene y va. Algunos días estás a tope, otros días no. En las mujeres nuestro ciclo hormonal nos marca, en hombres también aunque es menos acentuado, el estrés, la alimentación, el sueño… todo influye en nuestra motivación así que no, no puedes fiarte de ella.

Las personas y los objetos que nos rodean tienen un impacto en nosotros, la publicidad, lo que hay en nuestra cocina, las fotos de casa, la ausencia de ellas… todos son elementos de nuestro entorno que pueden incitarnos a realizar diferentes acciones.

Cuando quise empezar a beber agua nada más despertar por la mañana de forma sistemática, uno de los cambios más útiles que hice fue poner un vaso de agua en la mesilla de noche. Parece una tontería, ¿verdad? pero la señal visual de ver el vaso cada vez que me despertaba hizo que no tuviera que acordarme de servirme un vaso y tomarlo cada mañana.

Con este simple cambio, me resultó fácil hacer el nuevo hábito y no necesité más motivación o fuerza de voluntad ni un recordatorio en mi teléfono o post-it en la nevera.

7. ¿Es realmente importante?

Como dice Victor Kupers, «haz que lo importante sea lo realmente lo más importante». Muchas veces intentamos cambiar nuestra vida de una forma en particular, pero no siempre es lo más importante para nosotros.

A veces, olvidarse de un hábito es señal de que no es tan importante para ti. Obviamente, no siempre es asi, pero en muchas ocasiones me he encontrado a personas queriendo incorporar hábitos que simplemente no van con su vida.

Es sorprendente la cantidad de tiempo que podemos pasarnos persiguiendo cosas que realmente no nos importan, muchas las conseguimos tras un esfuerzo enorme y la sensación de vacío es tan grande que fracasamos por haber puesto nuestra energía en algo que no era importante para nosotros.

Recuerda que el tiempo es oro, escoge un hábito que te importe. Si realmente tu nuevo hábito te importa, encontrarás la manera de hacerlo funcionar.

Y retoma, vuelve al ruedo, hazlo el cambio puede ser difícil, tus hábitos pueden dar dos pasos adelante y uno atrás. Pero que tengas tu plan de contingencia y retomes enseguida supone una diferencia importante.